El costo de la mano de obra en Uruguay ha ido evolucionado a través del tiempo, con una tendencia al alza, que ha generado la percepción de que es poco competitiva en comparación con otros países de la región. ¿Realmente es así?
Los costos de mano de obra
Los costos de mano de obra incluyen los salarios nominales, pero también incluyen los costes de la seguridad social que sufren modificaciones año a año y otros impuestos que los trabajadores en relación de dependencia han ido incorporando a sus haberes.
Este análisis de obtiene a través de una ponencia de la investigadora de la UdelaR Susana Picardo Prats donde analiza dicha evolución en el periodo comprendido entre 1969-2007.
Variación del costo de la mano de obra en los diferentes sectores de la economía
Ella concluye mediante sus investigaciones que la evolución de los costos de mano de obra no difiere demasiado de una industria manufacturera al sector comercial aunque en los últimos años el sector industrial ha tenido reducciones en cuanto a los aportes personales más fuertes que la de otros sectores.
Impacto de la inflación y los impuestos en el costo de la mano de obra
En general, se ve una mayor amplitud de las variaciones a partir de la década del 90 cuando, a partir del crecimiento de los salarios líquidos también hubo un incremento de los impuestos a las retribuciones personales. El crecimiento de salarios, simultáneamente se vio acompañado por una fuerte inflación en la década. Esto se estanco en el comienzo del milenio debido a la crisis, pero posteriormente continuó su tendencia alcista hasta el día de hoy.
Según su estudio se puede apreciar una fuerte depreciación del costo de la mano de obra en términos reales si lo comparamos con los índices de precios al consumo. Esta tendencia comenzó a comienzos de la década del noventa y salvo pequeñas variaciones, hoy en día el costo de la mano de obra es tremendamente inferior a otros periodos. De esta manera se rompe un poco con esa hipótesis planteada al comienzo.
La tendencia a la baja del costo de mano de obra en términos reales no representa una reducción per se del poder adquisitivo de los salarios, ya que estos tienden a una pequeña suba. Lo que se quiere decir es que no se ha precarizado la situación del obrero en sí.
Pese al crecimiento en el último periodo de los salarios líquidos en términos reales, la tendencia sigue siendo descendente debido a las políticas del estado. Estas políticas son de índole reduccionista en cuanto a las tasas de aportación.