Aquellos contribuyentes individuales que estén casados o tengan concubinos, pueden aportar el IRPF como núcleo familiar, trámite que es muy sencillo de realizar, pero que también merece mucha atención, pues existen una serie de condiciones y requisitos que no siempre hacen de esta la mejor opción.
Cómo se realiza el aporte al IRPF como núcleo familiar
Para aquellos que son empleados, el aporte al IRPF se realiza a través de la deducción salarial, pero cuando se trata de la opción núcleo familiar, se debe hacer una declaración jurada anual. Para esto se utiliza el formulario 1103, con lo cual ya queda materializado el cambio.
En este sentido es importante recordar que no hay forma de regresar a la tributación individual, salvo disolución del matrimonio o fallecimiento del cónyuge.
Otro aspecto clave a tener en cuenta es que no se liquidan las rentas de capital (inversiones, por ejemplo), sino que aplican únicamente las que se han obtenido mediante la relación laboral, o la actividad económica que se desarrolle en el caso de los independientes.
Por qué escoger la opción núcleo familiar
El principal beneficio al cual aspiran quienes optan por el núcleo familiar es la reducción en los aportes mensuales en un 5%, además de que en algunos casos el aporte total es menor al que se pagaría en caso de una liquidación individual.
Esto en particular es muy beneficioso cuando uno de los cónyuges no trabaja, pero dependiendo del salario de los integrantes y la cantidad de hijos menores, esta podría no ser una opción tan rentable, pues en algunos casos se generan más gastos que el ahorro esperado.
Para evitar sorpresas con la liquidación del IRPF como núcleo familiar se recomienda el uso del simulador disponible en la página web de la DGI y contrastar el resultado entre los aportes solidarios e individuales.
Fuentes: DGI, Guyer & Regules.
Imagen cortesía de Matt (Flickr.com), licencia CC BY SA 2.0