El concepto de “precio”, es la cantidad de moneda que se intercambia por un bien o servicio. En una economía de libre mercado, se establece a través del efecto agregado de infinidad de decisiones autónomas, tomadas por oferentes y compradores de estos productos. Veamos un poco cómo ocurre este proceso.
Quién fija los precios
Si vamos a cualquier comercio, encontraremos que los precios de cada cosa que podemos comprar, ha sido fijada por el comerciante. Pero entonces ¿Por qué el comerciante no sube aún más los precios? ¿No ganaría más? No necesariamente, porque cuanto más suba el precio, menos consumidores decidirán comprar sus productos y la suma total de lo que gana será menor.
Por esto, el comerciante va a fijar los precios de modo que el total de su ganancia sea el mayor posible, para lo que el precio debe ser moderado.
Qué factores influencian la fijación de precios
El comerciante fija los precios condicionado principalmente por dos factores:
- Los costos en los que debe incurrir para poner sus productos a disposición de los consumidores,
- El volúmen de dinero disponible en manos de los compradores.
Rol del aumento de costos en la suba de precios
Los costos incluyen el precio de las materias primas, de la energía, del transporte, los sueldos, impuestos, etc. Todo aumento en los costos, hará que el equilibrio cambie, empujando a los comerciantes a vender una menor cantidad a un mayor precio y perdiendo rentabilidad en el proceso.
Rol del aumento del dinero en manos de los consumidores en la suba de precios
Un aumento del dinero disponible por los consumidores, también afectará el equilibrio generando un aumento de los precios.
Si el aumento de la capacidad adquisitiva responde a un aumento de los sueldos sin un aumento de la productividad equivalente, al efecto de la mayor demanda, se suma el efecto de un mayor costo de producción, que empujan en conjunto los precios hacia arriba.
Rol de la productividad en el control de los precios
Una mejora de la productividad, en cambio, genera un descenso de los costos de producción por unidad de producto, y por ende un descenso de los precios, junto con un aumento de las utilidades de los negocios. La mejora de la productividad, además genera un aumento genuino, a largo plazo, de la capacidad de compra de bienes y servicios de los consumidores.
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